jueves, 5 de abril de 2018

Ruidos

El televisor de fondo como una fuente de ruido constante era su compañero electrico y fugaz. Se sabe que la imagen dice mucho pero dura poco. Todo concordaba con el recuerdo latente. Pasaban un partido olvidado por los punteros y las tribunas. Ambos peleaban el descenso. El preparaba unos quesitos y algun escabeche tardio con un vaso de tinto malbec. Se generaba su folklore favorito y un escenario propicio para seguir machacando en aquel sueño perdido. Aquel deseo desechado y descartado por compromisos. Aquella historia de amor. Nada se le parecio despues. Ni los amigos de toda la vida, ni la prosperidad economica, ni la familia, ni los hijos, ni los viajes, ni las rutinas exquisitas. Nada. Es que parece ser que un tsunami sensible arrasa con las previsiones. Entonces nada queda- Menos a la hora de dejar el televisor encendido, el vaso a medio terminar, recuerdos crispados y el ruido interior que solo trae sueños livianos y fragiles, esos que no dejan conciliar el sueño. Lo demas sera la noche yendose de copas por ahi.