Alguien me contó que los secretos al ser contados dejan de serlo. Se transforman y se incorporan al que los lee, los escucha, los comparte y hace así, menos solitario su recorrido.
domingo, 8 de julio de 2012
JSV
En el centro de Citybell, ahí cerca de la autopista de ingreso a La Plata, está situada la ciudad deportiva de Estudiantes de La Plata. Un club que supo ser un chico con grandeza en algún momento de la historia del fútbol argentino y mundial. En la puerta del vestuario, por encima de la puerta hay un cartel que reza; "Para ingresar a éste vestuario, hay que merecerlo". Juan Sebastián Verón, jugador exquisito y crack del club, se retira del fútbol y mirá el cartel por millonésima vez y se conmueve otras tantas. Es que no basta una vida para contar la vida de emociones de "la brujita" como lo apodó la hinchada. Desde su desinterés por llenarse de plata, Verón persiguió la gloria en un club que lo vió patear desde chiquitito. Ya dentro del vestuario hay otro cartel que dice; "Para permanecer en éste vestuario, hay que sacrificarse". Sin duda alguna y lo confirma la gente de Estudiantes, Juan Sabastián Verón cumplió con creces ambas premisas.
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Que manera de escribir tan exquisita, un gusto visitarte.
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