Alguien me contó que los secretos al ser contados dejan de serlo. Se transforman y se incorporan al que los lee, los escucha, los comparte y hace así, menos solitario su recorrido.
sábado, 4 de mayo de 2013
Y qué sé yo.
Y qué sé yo si volver es escribir de nuevo. Y que sé yo si escribir de nuevo es imaginarse ser leído. Y qué sé yo en donde andará la cabeza al terminar éste escrito. Y qué sé yo si terminarlo no implica un recomienzo. Y qué sé yo si me deambularé con las palabras como me desvela la incertidumbre. Y qué sé yo si morderé la realidad con remordimientos.Y qué sé yo si sé lo que creo saber. Tal vez sea que nada sé de lo que tengo que saber.Y eso es lo que se sabe por siempre.
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Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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ResponderBorrar:-)
Hay épcas en las que escribir resulta un bonito y claro desahogo. Otras que se convierte en ahogo si estás a oscuras y no ves las frases.
Como un géiser, que cuando no erupciona sigue viviendo como manantial termal... ¿ notas la llegada del cosquilleo del agua ?
beso,
Pero usted sabe los secretos del sOl... :)
ResponderBorrarAsí que... escriba!
Tal vez lo único que nos queda por tejer sean palabras...
ah! cómo se le quiere!
No importa saber o no saber, sino estar, Mr. Bienvenido.
ResponderBorrarUn beso