viernes, 4 de octubre de 2013

Diego

Hace algún tiempo que es ídolo. Parece ser que adquirió esa categoría al hacernos emocionar alguna vez y algunas veces. En la gloria y en la derrota. No hay persona más argento que Diego en su rol. Así somos. Corazón desbordado. Mente inextricable. Desafío contraditorio de normas y reglamentos. Diego necesitó su soberbia para salir de la extrema pobreza. Del mate compartido sin nada para comer. De la solidaridad. Del amor. Aún en la derrota es un grande. Aquél que se levanta es aún más grande que el que no ha caído. Siempre voy a bancar a quien se anime. A quien ilusione. Hay dos formas de ver ésto. La realidad quita la ilusión es una. Vivir la ilusión es otra. Una vez más. Gracias Diego (10).