lunes, 30 de agosto de 2010

patria

Hay cosas que me llevan a mi casa
el olor a la hierba mojada
las tostadas de mi abuela
el color de las azaleas
la risa de mi viejo
el cómplice acuerdo con mis hermanos
mis amigos cómplices sin acuerdo
el viento en la cara
Toda mi niñez sonora.
Mi patria es mi infancia
toma mi corazón y me lleva.

viernes, 27 de agosto de 2010

prudente

Alguien me vió las alas replegadas
se acercó al mundo que era mío
y me dijo que nada era mío o suyo o de aquél.
Mientras clareaba el paisaje en la tormenta
comencé a buscar encontrando
y le despedí en silencio prudente.
Ví, sentí y escurrí al tiempo
Olí, gusté y doblé el espacio.

Pues aún no encontré siquiera esas alas.

viernes, 20 de agosto de 2010

puesta de sol

Demos un paseo por los contrastes
no soy ese uno sin lo otro.
En la luz de la oscuridad
se amigaron mis sombras.
No lo que tengo sino lo que disfruto es mi abundancia.
Lo que doy será mío para siempre.
La belleza es puesta de sol y relieve de lo simple.
Siento los despojos de aquellas coberturas milenarias
que me indicaban ser seguro sin verdades.

martes, 17 de agosto de 2010

terapia

Gustavo tardó algunos años para decidirse a tratar sus problemas desde otra perspectiva. Fue entonces que agobiado por sus cuestiones económicas comenzó a hacer análisis. El terapeuta enseguida le aclaró.
--Relájese Gustavo, vea, ayer justamente hablaba con una persona que tiene una carpintería y estaba preocupada por no poder pagar el salario a su empleado. Le aconsejé que se olvidara y ahora se siente mucho mejor.--
Gustavo respiró profundo y respondió.
-- Lo sé, yo soy su empleado.--

jueves, 12 de agosto de 2010

el camino

Raquel corría por primera vez ese circuito. En un cruce de la maratón siguío de largo. Se perdió y se detuvo a preguntarle a un mendigo.
--Este camino,¿ me lleva a San Telmo?--
-- No sé.-- respondió el mendigo.
Raquel volvió a preguntar.
--¿Y éste otro va al centro?--
--No sé.--- volvió a repetir.
Raquel transpirada e irritada le dijo irónicamente.
-- Bueno, no sabés mucho que digamos.---
El mendigo sonrió y balbuceó.
--Pero no estoy perdido.--

viernes, 6 de agosto de 2010

el perro

Cuando a Ricardo le mordió aquél perro ya no hubo más que resignación. Tardaba la herida en sanar y decidió visitar al médico. El doctor le pidió que trajera el perro para analizarlo, y tal como lo sospechaba, tenía rabia.
--Lo siento, me temo que es tarde para aplicarle el suero.-- dijo consternado.
Ricardo se sentó. Respiró profundo y comenzó a escribir inmediatamente.
--Lo entiendo-- agregó el doctor-- pero no hace falta que se ponga a escribir su testamento--
Ricardo lo miró fijo y respondió.
---No estoy haciendo mi testamento. Es una lista de las personas que voy a morder.--

domingo, 1 de agosto de 2010

cerrado por reformas

Se preparaba un té verde. Alguien le había contado que era bueno para el corazón. Estaba enclaustrado. Quería despertarse un poquito para seguir. Su cabeza no descansaba. El devenir no se podía cuantificar pero si calificar. Quería una vida más llena. Pintaba. La rutina le repetía. Le juzgaba. Le discriminaba. Le clasificaba su condena. Le introducía conceptos de rebaño. Luis conversaba con la tela de sus cuadros.
--Tal vez, esto debería decirlo de otro modo. El coraje genera valor. El valor genera una nueva codificación. Por secuencia de silogismo, se llega al nuevo código a través del coraje, puta, ya me mareé--.
No se animaba a vender sus cuadros. Solía pintarlos cuando llovía. Las tormentas estimulaban su bohemia. El resto de los días le retocaba los detalles. No arriesgaba y no ganaba. A pesar de saberlo, seguía esperando un clic revelador.
--No hay apuesta segura, porque nada es seguro. Ni lo seguro—le decía a la pintura.
Aquella tarde de mayo no cesaba de garuar. Luis estaba a pleno con un retrato de su amada ideal. Pintaba a una mujer. Con la cara bonita de sus sueños y el alma clara de una niña imaginada . Terminaba cuando la mujer pintada le susurró.
-- ¿Me alcanzarías un espejo para verme?—Luis se echó hacia atrás. Había bebido un poco de mistela cordobés al mediodía, pero sólo era para acompasar algunos quesitos. Entonces, Enmudeció.
--¿Me lo alcanzás?. Quisiera saber si estoy linda para seguir siendo la mujer de tus sueños—afirmó la mujer pintada.Luis sin decir palabra, le concedió el pedido, sacó un espejo del baño, de esos que se usan para verse de perfil, y se lo puso enfrente.
-- Tal como lo imaginaba, soy un reflejo de tu deseo. No podrías enamorarte de mí— le dijo la dama de colores pasteles.
---¿ No?, ¿ no te gusto yo?, ¿ no te gustas vos?—le preguntó el pintor.
--- No es eso, es que todos se crean personajes que son reflejo. Lo que les gustaría tener a su lado. La persona indicada no siempre es la que imaginamos. Todo cambia, en tu sueño y en tu deseo, me exigís cosas que no soy ni doy. No veo a través de mis ojos, lo hago a través de tus miradas ---
Luis se sentó en la mesa sobre sus pinturas y pinceles. Miró su garage venido a atellier y cada rincón le traía imágenes pasadas. El lugar era una trampa. El cuadro era otra. La dama pintada le intrigaba. El sobraba eso, que sin saberlo, poco a poco se le hacía kármico.La mujer volvió a pedir.
---Quiero besarte--- increpó.
Luis se acercó tímidamente al cuadro y le besó la boca carmín a la imaginada.
--- ¿Cómo se siente eso?—dijo la pintada.
--- Raro, para serte franco, no siento mucho que digamos….--- le confesó compungido.
La tarde se hacía oscura y la llovizna persistente. Sonaba el zinc del tejado como una ovación lejana. Como voces aclamando el encuentro.
---El miedo corroe el deseo. Crea un espejismo ordenado--.dijo la dama.
La cara se le hizo larga. Los gestos eternos. Luis sabía que eso era extraño. Pero avanzaba un poco más.
--- ¿ Qué es lo que querés de mí exactamente?— increpó.
---Quiero que tengas el valor de no buscarme en tus telas. De que salgas a buscarme. De que me toques. De que juegues con tu realidad. De que la cambies. Si te animaras…
--- Claro, decirlo es fácil. Hace años que quiero eso y no puedo--- reflexionaba Luis.
--- Si lo decís lo hacés. No seas gregario. Es que tenés que arrancar con lo que tenés. Mejorar a medida que pasen los días. Tendrías que haberlo hecho ya…--- le ordenó.
Así, fue como el cuadro de la mujer imaginaria de colores pasteles y brillantes se convirtió en una copia del entierro del conde de Orgaz. Barroco y oscuro. Nadie supo si obedeció a la maja o si se negó a creerle. Lo cierto es que cerró el garage al menos por un tiempo. En el portón rezaba un cartel; “cerrado por reformas”.
Tal vez aquél fue el clic revelador.