miércoles, 30 de septiembre de 2009

Alguna vez

*foto de laurent Mauille.

Ganas sin pausas.
Futuro en los oídos.
Miel en las miradas.
Luz en las manos.
Piel en las narices.
Rojo en las bocas.
Sueños sin miedos.
Lunas cómplices.
Verde en el deseo.
Cuerpos brillantes.
Lenguaje del vuelo.
Estrellas en el alma.
Alguna vez,
tus besos encendieron esos nombres.
-.-

martes, 29 de septiembre de 2009

Caballero azul


"Si catorce vidas son dos gatos aún queda mucho por vivir".
Fito Fittipaldi.

Hay una cicatriz en la tierra en Bosque Lindo. Un río de aguas tan claras como la franqueza se discurre en meandros recorriendo los ñires y maitenes. A modo de pueblo milenario las casas están orientadas al norte y en una leve meseta verde de cipreses. Esto explica porque no afectan los desbordes frecuentes del río a causa de las lluvias. El agua trae consigo siempre una novedad. Arrastra la corriente algún vestigio de otras comarcas, que si bien están alejadas, suelen aparecer entre las costas del río. Así fue que mientras Rogelio torturaba a su perro imitando a Pavarotti, un cuerpo llegó a la costa. En harapos casi en un tono azul, apareció exhausto, con la asfixia a boca de piel. Un hombre. Era castaño, común y azulado. Parecía no haber comido al menos en un mes. Estaba con las manos y los pies coartados en grietas violáceas y con una sonrisa que le ampliaba la cara y le cerraba los ojos. Algo insólito, si uno se pone a pensar, pues alguien en su condición de moribundo no podría verse así. Algo impensado, como lo es estornudar con los ojos abiertos. Rogelio, que solía cuidar los animales mientras no ladraba emulando a Pavarotti, fue a su encuentro. De hecho su perro, que lógicamente se llamaba Luciano, lo encontró. Ambos le miraban la expresión y se miraban entre sí. Rogelio armó valor y montó al caballero azul en un palomino y lo llevó hasta su casa. El médico que mandaban de vez en cuando al paraje, nunca llegaba a tiempo para atender. Las personas no solían enfermar y de haber un accidente acercarse a un centro de salud demoraba un día entero de viaje. El caballero no respondía y no se le quitaba su sonrisa del rostro. Los habitantes de Bosque Lindo demoraron minutos en aglomerarse en la casa de Rogelio. Decidieron entre sopas y brebajes caseros tratar de animarlo. El caballero azul, que se tornaba a rosadito con la sopa, tendido en el catre, comenzaba a mover de a poco esa raquítica figura sin decir palabra. Mara comenzó a masajear su cuerpo frío. Jaume le hablaba bajito como cura en el confesionario. Rogelio preparaba un espeso té de cedrón, y hasta Luciano le lamía las manos y los pies. La casita se llenó de calor y tensión. En el ritual, llegó la luna de la mano de la noche y cesó de llover. Ahí el caballero respiro profundo y aún con la sonrisa instalada, balbuceó.
---Al despedirse, ella me besó suave.—
Una mezcla de ternura y desasociego inundó el cuarto y sonrojó a la luna. Las nubes volvieron a cerrarse y un trueno se oyó como si alguien se hubiera enojado en el cielo mientras el caballero sonreía el recuerdo.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Censo


Se esfumó el dinero. Entre tantas idas y vueltas al mundo de la corporación decidió evaporarse. Nadie extraña al papel del tener en Bosque Lindo porque al hacerse aire se volvió al canje. Nadie extraña algo que no necesita. Hay algunas mentes que brillan en el paraje. Traen consigo volver a armar y a establecer medios que realmente instalen risas. Es necesario aprender y valorar. Entre las mañanas que invitan al paseo y el olor a pan recién horneado, la casa que más se visita es la de Mara Caliqueo. Su morada se ha convertido en oráculo de consulta. Todos se acercan a preguntar. Ese es el verbo que más se usa por éstos confines de la tierra en donde la tierra habla y manda. Mara es una tierna mujer que no tiene edad para morir. Es increíblemente bella. La acusan de sabia y ella responde que solo quiere preguntar. Sabe oficios que le dan vivir. Escucha y acompaña silencios. Reserva y confronta miedos. Acaricia las caras para saludar y la tierra para sembrar. Recuerda sin recelos los días en que se medía el dar y aquél tiempo está bien lejos en el tiempo. En Bosque Lindo no hay que pagar condenas por no tener. Es sabio reconocer qué es lo que verdaderamente se tiene. Mara sabe que para muchos su sitio es un caserío y que siempre se quiere etiquetar en vez de nombrar. No hace mucho Mara se propuso confeccionar un censo que les reveló identidad. La página consignaba en pocas líneas; Poblado de casitas de madera y miel. Puertas y ventanas abiertas a la posibilidad. Calles que se funden en el bosque. Almas que comparten las ganas y cuando no tienen ganas también comparten eso. Lugar de la danza y los abrazos perdurables. Potros que viven en el prado. Vacas. Harinas. Lechuzas y tomates. Acelgas y rosales. Jazmines y liebres. Cañas y grosellas. El agua más cristalina de todas. No es que Mara Caliqueo no sepa contar. Es que ella cree que contar con números es medir. Ella agradece. Ella no mide. Es que en Bosque Lindo los números cayeron en desuso y la naturaleza juega a vivir en sus propias reglas.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Sol

Llueve. En cualquier sitio vendría la melancolía con las gotitas. En cualquier sitio llegaría adentro atravesando el muro de los poros. En cualquier sitio menos en alguno. En Bosque Lindo, éste paraje de sauces y maitenes en cuyos costados terminan todas las aguas, las lluvias son el pan nuestro de cada día. Un río leve pero atormentado por vertientes recorre el paraje. Una treintena de casas humildes de puertas abiertas adornan sus calles de barro y tosca. Ni siquiera el correo tiene oficina aquí. Jaume Guardiola, un catalán devenido en exilio, oficia de cartero elegido. Sabrán entender que en un mundo globalizado y conectado de mil modos distintos, éste paraje es una meca del silencio. Una rosa húmeda en el desierto. Un camino embarrado y salvaje. La gente dice lo que piensa y a nadie eso cae mal. Son poquitos para andar peleándose por pavadas. En éste lugar, Jaume ostenta un poder mediático importante. Es el emisario de las noticias de otros mundos. Fácil es confundir información aplicada con conocimiento y más lo es con la sabiduría. Sin embargo, ese peldaño por encima no le es propio esmero, sino que es algo otorgado por los habitantes de Bosque Lindo. Llueve y es inevitable. Ya se han acostumbrado tanto que aquí no se soportan los días soleados. Hace años que los médicos no visitan el paraje. Pocos son los visitantes que llegan a conocerlo. No tiene promoción ni marketing de turismo. No buscan organizarse como comunidad. Ni elegir un líder. Ni pretender mucho menos mudarse. Llueve siempre distinto y es típico. Jaume prepara las pocas noticias que repartir. La gente hablará de ellas una semana hasta que llegué el próximo correo. Van a desmenuzar, a entender, a debatir, a contrariar, a coincidir las nuevas. Jaume cruza el río. Trae una sola carta ésta vez. Llegando al centro del bosque, ahí en el silencio de las tipas que lloran, mira la carta. El es el destinatario. La lluvia suave moja el papel y corre la tinta. Se alcanzan a leer los sellos, se trata de un telegrama.
“Papá sos abuelo. Te amo siempre. Maitena.”
El sol sale en la carta y el calor le empaña las gafas.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Que mañana no vuelva

"Hoy vas a entrar en mi futuro..."
Roberto Esmoris Lara

--Vuelvo mañana—dijo la vecina del 2do. sin siquiera golpear a la puerta.Los gritos ensordecían al edificio. Todos bajaban los volúmenes para escuchar la contienda. La pareja ardía de broncas. El matrimonio, de consumado había pasado a consumido. Se discutía sin dar razones ciertas de qué se trataba. La ensalada típica de facturas pendientes. Oídos negados aumentaban el caos. Había crisis, celos, destiempos, caprichos e insatisfacciones diarias. Había tolerancia cero. El niño expuesto, escuchaba. No podía llorar. Se bloqueaba. Pensaba a dónde se habían ido las sonrisas. Miraba por debajo de sus rodillas el suelo duro y estático del desamparo. Se le impregnaba en las retinas. En la memoria. En el seno mismo de su formación. Estaba solo. Indefenso. La pena se lo fagocitaba antes de cumplir cuatro años. Quería irse de ahí para volver a la calesita. A la ventolera de las plazas. A la hora del cuentito. A la siestita frente a los dibujitos de la tele. A la merienda cantada del jardín. A la mano de su abuela para comprar el pan. A la charla con sus juguetes. A la galletita compartida con su vecinita. Al sabor del chupetín. Al olor a torta. A los mamarrachos explicados. Fue una factura impaga de la luz la que detonó el incendio de culpas. Le ardió su mundo de ensueños. Y también, quiso volver mañana.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Inexacta

Indivisible
Multiplicada por varios factores
Sumada y restada
Ecuación de cocientes imperfectos
Monomio, binomio, varios nomios
Logaritmo de búsqueda
en la álgebra ilógica del destino.
Encuadrada en círculos finitos.
Fracción que no se quiebra
Y sólo se divide cuando no es.

Dicen que ésto trata de cifras,
Sólo escribo de vos.

jueves, 24 de septiembre de 2009

...

Y vos que solías oler a mar
Y yo era atractivo al estar no disponible.
Y vos que dejaste la espuma en mi caracol silente
Y yo corría el tiempo en reversa
Y vos que paseabas tus plumas entre lobos
Y yo fuí león herido y malo
Y vos que buscabas tu costado salvaje
Y yo creía que me creías
Y vos que maltrataste por miedo a ser abandonada
Y yo mordí el color de la indiferencia...
Y los puntos suspensivos nos quedaron en el destino.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Sólo el cielo sabe

Traían el sueño en los pies. Se dormían caminando. El alba les servía de telón para actuar. Volvían engarzados. Embelezados por la mística de la líbido incipiente. La sonrisa acompasada de la noche. Sordos. Con el zumbido de la resaca desde el estómago a los oídos. El olor a cigarrillo. Olor a trasnoche. Ella recogía flores silvestres y armaba un ramito que perduraría en recuerdos. El le contaba cosas que ella ni siquiera escuchaba. El silencio les amparaba. Mucho se habían mirado. Mucho se habían pensado. Mucho se conocían. Poco se sabían. Ella entrecerraba los ojos y el cuerpo. Tal vez no estaba lista. Nunca se sabe eso. El quería cruzar el umbral de sus desvelos. Tal vez no estaba listo y nunca se sabe eso. Sólo se sentaron en una cerca. En el momento exacto y en el sitio imperfecto. Sin hablar con la boca se besaron. El beso les copó la parada en eternos segundos que serían lo primero en ambos. Sin peros. Calló la boca y habló el cuero. Volaban a través de la niñez para sentirse raros. Aterrizaban en las endorfinas. El juego básico del instinto que comenzó con el diálogo de los sentidos. En el secreto que guarda la luna. Desatando el sudor. El temor. El temblor. La ilusión. La química y las ganas. Así fue el primer beso. El que se recordaría por siempre. Tal vez ambos no estaban listos. Nunca se sabrá eso.

martes, 22 de septiembre de 2009

Desconectado

*foto de Diet Marbusse


Este amor es un costado de la necesidad
Un rayo cegador en la mesita de luz
Cajones abiertos a la posibilidad de siempre

Un "no me olvides" que olvidó ser flor
Dedos de sal en la boca del destino
Padre de las risas y huérfano del apego

Mientras el río desborde la tierra en cicatriz,
y raje la sombra frágil del futuro,
Seguiré encontrándote en el desvelo.
Aunque tu alma esté desconectada
o fuera del área de cobertura.
-.-

domingo, 20 de septiembre de 2009

La casa

foto de la casa de mi amigo Wally, duende encarnado en persona, su hogar es un ícono de la ilusión.
Los costados ríen el desborde.
Caen los cielos hechos a mano
artesana-mente volando.
La mística cadera del hogar
La aventura de vivir en aventura
Cada pequeña cosa es música
Cada rincón extensión del cuerpo
se vuelve a algún sitio adentro
creyendo que eso no existía.
Soy invitado a la belleza
en la manera del amor que da.
Y que vive como siente.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Ausente con aviso

“El tiempo sólo cura la soberbia cuando ya es tarde orgullo”.
de El coleccionista de soles, “El lado oscuro de la sombra”.


Me fuí queriendo quedarme
Ausente con aviso.
Intenté incendiarlo todo
Deteniendo sístoles y diástoles de la usina
Tapándole la boca a los vientos
Perdiendo brújulas en otros mares
Escondiendo poemas a las lunas llenas
Guardando el tiempo en las rutinas seguras
Pero cuando crea después de un tiempo sin tiempo
que todo se ha ido al olvido en aquél segundo incendiario,
cuando los jazmines rían sus tardes de campo,
estarás en cada usina, en cada viento,
Cada mar, cada luna, cada rutina.
Entonces sabré que hay algo más poderoso
que el amor y eso es
la cobardía.

-.-

jueves, 17 de septiembre de 2009

Bar


Llegó empapado a pesar del apuro. Esa absurda acción de correr para mojarse menos que no logra nunca su cometido. La tormenta azotaba vientos de agua y no daba tregua a los paraguas ni a los reparos. Llegó sacudiéndose y bufando quejas pues sólo se secaría desvistiéndose. Bendijo al barman que sin hablar le acercó un trago y un servilletero de papel. Sacaba las servilletas como quien cuenta dinero en el banco y quedaban en bollitos empapados sobre la barra. El sitio olía la humedad de los muebles y de los espejos biselados de los años en que todo era antiguo. Se sentó en la barra mientras alguna fritura fuera del horario de cena se había quedado un tiempito más en el ambiente para recordar que ahí también se comía algo de vez en cuando. Se acomodó algo incómodo en una banqueta rodeando la copa con ambas manos mientras a través del largo espejo de enfrente miraba a los pocos que estaban allí. Entraba la madrugada en las caras y el bar recibía a los noctámbulos de siempre. Para hablar de la vida sin hacer casi nada más ni menos que eso. Las miradas en diagonal descifraban códigos de aceptación y rechazo. Lo aceptaba la mujer envuelta de rojo carmín tan roja como su boca y jeans tan oscuros como el olvido. Lo aceptaba un viejo cliente que por cada sorbo le asentía mientras su barbilla se mojaba en el enésimo trago por enésima vez. Lo aceptaba el barman con cara de no pagar sus facturas al fisco y su piel verde del oficio que le daba la noche. Lo aceptaba la parejita que jugaba al pool en el fondo que entre besos y besos fundían sus bocas en endorfinas mientras exprimían a la fonola con algo lento de metálica. No había nadie más. Todos lo aceptaban. Estaba como en su casa. El bar era una casa de amigos desconocidos. Le convidaron a secarse en silencio sus ropas. Le invitaron a quedarse un rato más ahí compartiendo el espacio. A pesar de estar frente a sus ojos no supo ver quien lo rechazaba, pues el único que lo rechazaba era su rostro insomne frente al espejo cada vez que se miraba.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Premio

"No se abandona la isla que flota, en tierra firme nos mareamos".
Emma Wolf.
Todas mis plegarias velan sus sueños. Atrás quedó la velocidad del día. El ruido y los silencios. Los juegos y las demandas. Los saques y los aciertos. Los apapachos y los retos. Leo un cuentito que me cierra los ojos. Me arrimo como quien se acerca al calorcito. Sigiloso y felino. Con la sonrisa instalada. La piel se me estremece. En esa quietud les beso. Les escucho el cambio de respiración. Les cobijo con la mirada enflechada de mi mejor amor. Les oigo titilar. Les huelo la inocencia. Les beso los ojos. Murmuran sus mundos. Se arriman. Me enquisto en ellos, se enquistan en mí. Es simple. Es único e irrepetible. Les cuido más que de lo que me cuido. Me dejo llevar a ese ensueño antes del sueño. Me duermo…
Me voy durmiendo feliz junto a mis hijos.

domingo, 13 de septiembre de 2009

flor


Sólo quería darte una flor
para sentir todo lo demás en tu expresión
que levante tus cejas y que te dé una sonrisa
que guarde por lustros el tedio en la mesita de luz
que te lleve levitando hasta las lluvias en el campo
que tragues la saliva lenta del silencio diciendo todo
que me funda en la mística de tus palabras secretas
que siempre recuerde el instante aquél
que sea exacto en el tiempo detenido...
Solo quería darte una flor,
Y todo lo demás me lo darías.
-.-

sábado, 12 de septiembre de 2009

Ca(s-z)ados

Y seguimos queriendo querer con un deseo en ceños.
Y te traigo trayendo sombras con una mueca frágil.
y me traes trayendo permisos con un apego silente.
Y antes de la medianoche,
antes de ser devorados por la mediocridad
que no estemos estando,
nos amamos y nos odiamos a la vez.
Naufragamos de madrugada
entre los fantasmas que cobijan
éstas sábanas rasgadas de angustias y sudor.
Y reímos porque vale la pena
Y se liquida el amor en los escaparates de la costumbre
Y pagamos el peaje sin medir costos
Y apostamos al futuro vacío de presente
Y así nos drogamos de tedio y sueños
No existe otro puerto mejor
que llegar al vientre en vigilia,
para confirmar que errar es humano,
para entender lo inextricable.
-.-

martes, 8 de septiembre de 2009

Veleta


Voy a tu boca a boca para que recupere el aliento
Pa que traiga la dicha en menta.
Voy a revolver con tus costados el miedo.
Pa que cuiden las ganas de lo mejor.
Voy a la única conjugación de amar
Yo siempre amo, tu siempre amas…
Voy a respirar el tiempo de las risas distintas
Pa que valga la pena alegrarse
Voy por el mar de los sentidos sentidos
Pa que sonroje a la luna y deje de menguar
Voy al galope en la noche de tu piel alada
Pa que brote la flor del desierto
Voy desordenando el mandato heredado
Pa que gobierne el caos de ser
Voy a lamer las cicatrices de guerra
Pa que vuelva a creer en el nacimiento.
Voy al núcleo por tu uranio enriquecido
Pa que atomice todos mis prejuicios
Voy andando hacia el futuro latente
Pa que sepas de mi morada de ayeres
Voy por el milagro de tus ojos de viento
Pa que pueda ver a través del cielo
Voy pal norte en mi veleta con el sur de tus miradas
Al yo siempre amo, tu siempre amas…
-.-

lunes, 7 de septiembre de 2009

1875


Recuerdo haberla visto. Caminaba por la primavera con la pollerita de pliegues tabuladas gris y la camisa entalladita. El pelo recogido cual diva burguesa de la corte y los zapatitos de charol que desentonaban el encanto. Recuerdo haberla olido. Traía el perfume de la piel joven y la sonrisa de chicle de menta. Los libros en la mano con aroma a segundas manos y una exquisita fragancia de luz inocente. Recuerdo haberla escuchado. Desde todos los pasos que venían con sus pies hasta los que me distanciaban de estar con ella. Trazando muecas que acompasaban la música de sus walkman. Fresca. Suelta y desinhibida. Profundamente inaccesible. Recuerdo haberla tocado. Toqué el aire que traía detrás. El aroma a tabaco. La sonrisa de cien bocas sonriendo. Toqué los deseos de tocarla y los bucles de mis sueños que eran sus cabellos y mis laberintos. Recuerdo haberla degustado. Su savia sabía a ganas deshaciendo prejuicios. Aquél beso en la plaza que pudo al olvido. Entre tantos dados entre tantos recibidos. Aquella oportunidad del viento haciéndole mejillas nuevas. Recuerdo. Doblé mis miedos y los guardé en su regazo. Era único motivo de mis deseos. El tiempo son los detalles sin bordes medibles. Recuerdo haberla encontrado hace poco en una página de encuentros por internet con mil ochocientos setenta y cuatro amigos, y un fantasma que la recuerda.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Sala de espera

"La humildad es la llave que abre todas las puertas" Cantervill.

Al hacerse las dos de la madrugada, entendió. Llegó tarde al reparto de sueños. Hacía años que deseaba cambiar su suerte, que quería dormir de corrido. Plegó su rostro almidonado doblándolo sobre la banca. Prolijo. Sutil. No alcanzaba a comprender la dinámica de los pensamientos. Los saldos pendientes. Al sacarse los zapatos, parecían arrastrarse solos como si fuera un efecto residual de lo andado. Luego de sacar algún trocado de los bolsillos, el pantalón voló por el ambiente como un pájaro tijera. Detrás fueron la bata y las medias esterilizadas. Sonó el teléfono. Se acercó a atenderlo. Dejó para después guardar su sombra en el casillero. La humedad se encargaba de mantener el cuarto frío y solitario. Era Luisa.
---Olvidaste las llaves tuyas en la recepción.---le recordó.
---Si…bueno…no te preocupes…iré a buscarlas cuando pueda.---
Se incorporó de lo incómodo que lo había dormido en el cuarto menguante de la ilusión y el esmero. Bostezó profundo. Entró en un azul profundo. Un mar de soledades. El eclipse no era el remordimiento por el oficio sino por la mirada de los vivos. De la familia que esperaba en la sala de espera. La humanidad de un sueño futuro apenas perceptible. Un espiral con epicentro en el desvelo. Centró su mirada en la réplica de la siesta de Van gogh que amenizaba el ambiente. Entonces, atinó a murmurar.
---¿ Qué llaves voy a precisar encontrar ahora?.---
Santiago Gómez del solar, recibido con honores de cardiólogo, perdía la primer pulseada en un quirófano. Sus segundos de vacío se llenaron de días después. Siendo doctor a toda hora y persona en la sala de espera.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Autocrítico.


No sé si alguna vez alguien escribirá mi historia. Sólo soy un nombre más. No sé si mañana vendrá por mí la desidia o el amor. Sólo entiendo el devenir por el pasado. No sé si seré exitoso o fracasado. Mido la vida en términos de bienestar. No sé si algún día volverás. Siempre llego al lugar del que no me fuí. No sé si el fruto es mejor que la flor. Sólo admiro ambas cosas. No sé si veré aquella luna otra vez. Siempre busco volver a verla. No sé si voy a quererme bien. Trato de no maltratarme. No sé si soy inteligente. Siempre me supe aprendiz. No sé si soy limpio. Bañarse no implica limpiarse. No sé si soy prejuicioso. Sólo juzgo las actitudes. No sé andar por el camino correcto. Sólo he recorrido algunos inciertos y otros verdaderos. No sé escuchar a mi corazón. Interpreto mejor sus silencios. No sé si mi alma se irá al cielo o al infierno. Me gustaría que se quedara más cerquita. No sé alcanzar metas. Disfruto más del paseo hacia ellas. No sé si voy a reencarnar. Prefiero encarnar lo mejor de mí. No sé jugarme la vida. Creo que la vida es un juego. No sé mentir para ganar. Tal vez pierda de verdad. No sé si soy gracioso. Suelo agradecer. No sé si creo en el amor a primera vista. Amo con todos los sentidos ciegamente. No sé si las personas cambian. Sé que todo cambia a las personas. No sé si soy lindo. Me miro al espejo esperando ver eso. No sé quedarme quieto. Me muevo para estar tranquilo. No sé si tengo fortuna. Me siento afortunado. No sé si lo que hacen todos está bien. Creo que es mejor lo que hacen algunos pocos. No sé si estaré bien mañana. Hoy sólo estoy trazando puentes.

martes, 1 de septiembre de 2009

Uno



“sólo puede quedar uno”
De highlander, el último inmortal.


El aplomo se sentía desde las veredas en la madrugada. Desde antes del alba una fila interminable de manos pálidas del frío y el rocío esperaban una opción de esclavizarse. El puesto; sólo uno. Operador turno noche para la única curtiembre que sobrevivía a lo áspero del sur. Requería buena presencia. Estudios primarios y secundarios completos. Libreta sanitaria. Dos fotos carnet. Copia de los antecedentes laborales y penales. Preferentemente soltero sin hijos, hasta 35 años. La fila agolpaba desde siempre la esperanza en un sinfín de postulantes. Los rostros, que vestían relojes de arena en los ojos, marcaban el silencio acompasado de la desazón y el cansancio. Cientos de fe evaporadas por una posibilidad sin oportunidad. Al día siguiente el puesto fue para el sobrino del intendente. Todo el pueblo lo sabe. Todo el pueblo lo calla y es cómplice. La acción del silencio los ha vuelto corruptos.

.

Dos



“Luego me abrió su boca como la libertad”
Dos en la ciudad, Fito Paéz.



---No me vas a decir que no pueden levantar toda esa mugre de la esquina---

---Pero…si la levantan y vuelven a tirar basura…¡mecachendié!---

---Viste como es la gente, una se preocupa hace todo como corresponde y no toman ejemplo de nada…se perdieron los valores…---

---Y si…ésto de la mundialización... algo así …ahhh, si, la globalización…---

---Y es asiiiii… si las máquinas son de Japón…ni deben saber leer las instrucciones…---

---Y sí, debe ser por eso…a la gente la toman sin saber leer japonés…es todo política y acomodo…---

--- Claaaaro, así funciona todo…---

---Mirá esa pared pintarrajeada…¿qué dice?---

---“Al que labura no le queda tiempo para hacer guita”…---

---Y si…son los vagos de la esquina… encima ensucian todo---


-.-

Tres

" El silencio es la antesala de la palabra. Sin decir nada, se pueden decir tantas cosas, que, a veces, es mejor callar, y dejar que sea el propio interlocutor el que imagine e interprete lo que se intenta comunicar a través de la magia del silencio." Jorge Valdano , fulbolista y escritor.

Tres vueltas al campo de juego para calentar. Esa noche se jugaban la clasificación. En la ciudad todo olía a fútbol. Tres delanteros para darle ofensiva al equipo. Tres defensores. Tres volantes. Tres ideas las del técnico para ganar el partido. Jugadas preparadas con pelota parada. Toque de primera y aceleración. Jugar con la posición adelantada para que los rivales quedaran fuera de juego. Tres árbitros, como siempre, vistieron el luto anticipadamente. Tres nubarrones anunciaron el aguacero. Tres a cero en los últimos tres minutos de descuento para sellar la derrota. Tres días de entierro para la ciudad que se evaporo del planeta y se llevo la risa.

Cuatro


Pensás una cosa y hacés otra.
Hacés una cosa y decís otra.
Decís una cosa y sos otra.
Cuatro personas en una.
Ponéte de acuerdo,
así al menos puedo saber
con cuál de las cuatro me entiendo.
-.-