lunes, 29 de noviembre de 2010

desvelo

* foto cortesía del blog de Rous.

Cinco y algo de la madrugada. Pocos se enteran de éste chaparrón. Pocos saben .Un pájaro madrugador se confunde. Le canta al farol. Está trasnochado y le acompaña. Será por eso. Aún no amaneció y está casi sin haber pegado un ojo. Enciende un cigarrillo. Abre un recuerdo latente. Está abstinente. Se excita pensando en lo que vendrá. Es demasiado. Cambiar también duele. Cambia de estrategia en la ilusión. No deja de pensarle lo que lo despierta. Esto es sólo suyo. Siente que no. Se enlaza al cuerpo. Le llega. Le abraza. No puede explicarlo. La mística de las monedas. La cara es la correcta un día. Al siguiente no lo es. La decisión danza pero siempre son ambas. Suena el corazón a borbotones. Tiene que escucharlo. Tienen que escucharlo. Puede que sea tarde. Puede que no vuelva a vibrar. La vida seguirá para ambos. Fáciles reencuentros con Lágrimas negras. Es un karma que envuelve. Que vuelve. Ser cobarde es tan parecido a ser prudente. No sabe cuanto pendiente servirá de futuro. Cambia de rumbo y duele. Duele y no sabe que. Ya son dos pariendo. Siguen actuando entonces las obligaciones que les suceden. Que se suceden. Adentro sale del espejo. Ya vió el devenir. No niega más y avanza. Como puede avanza. A pasitos cortos. Algunos pasos en el fango. Para qué mentirse. No sabe hacerlo.
Sabe que escribe esto porque algún día ella le va a leer.
Cuando también el desvelo le alcance.

jueves, 25 de noviembre de 2010

detrás de las rutinas

Ruta 11. Kilómetro 385. Hay un cartel azul desgarbado que indica el lugar de un monumento. Algo que girando a la izquierda, unos cinco kilómetros más, se encuentra sobreviviendo al desamparo. Doblo. Hacía tiempo que pasaba por ese paraje sin doblar. Se viene, como una cascada caliente en la cara, los recuerdos de la mediática difusión de un crímen. El poder y su prepotencia una vez más haciendo de las suyas. Tomo el camino consolidado de arena y tierra como todos los caminos de campo de la costa atlántica. Vuelan churrinches y mirlos entre el verdor y la polvareda. Comienzo a imaginar su recorrido hasta esa cava macabra. Al llegar se levanta una cruz blanca y resistente. Un hornero construye un nido en un brazo de la cruz. Una paradoja. Una más entre tantas que se construyen a diario en ésta tierra. Mi tierra de gente olvidada y que además olvida.
Me acerco al humilde mausoleo. Algunas inscripciones dejaron huellas. Dejo la mía en el sitio donde José Luis Cabezas enfrentó al poder gatillando imágenes y disparando contra la impunidad con su cámara de fotos.
Tras su asesinato, “ No se olviden de Cabezas” se repetía por todos lados.
Confieso como otros haberlo olvidado detrás de las rutinas.
" El asesinato de José Luis Cabezas atravesó, horizontal y verticalmente, toda la sociedad. Este crimen sacó a la luz todo un tejido de corrupción que vinculaba a ministros, jueces, legisladores, las fuerzas armadas y de seguridad con los intereses de los grandes grupos económicos". del libro El crímen de Cabezas, radiografía de un país mafioso, de Alejandro Vecchi.

martes, 23 de noviembre de 2010

el árbol

"Nada ocurre que antes no haya sido un sueño".
Walt Disney
En el árbol de los problemas se cuelgan todos antes de entrar a casa. Los que traigo del trabajo. De la calle. De mis amigos. De mi familia.Cuando llega la noche, a los que no puedo solucionar, los escucho irse en la oscuridad buscando otras personas. Al salir de casa todas las mañanas y mirar el árbol. Tengo la sensación de ver cada vez menos colgados.

martes, 16 de noviembre de 2010

El mar que pregunta

Imagen de ola congelada en la antártida.




“El caracol la forma tiene de corazón.”
Rubén Darío.



En los qué
que acomodan los como
anticipan los cuando
e indican los donde
revelan los quienes.


...Y las preguntas asienten
con risas de cambio
el devenir de las consecuencias.

-.-

lunes, 15 de noviembre de 2010

jueces

Vivimos exigiendo justicia. Cada uno tiene una vara para medir. Somos jueces de nuestro universo. Lo distinto a nuestros gustos y preferencias no suele ser justo. Discriminamos juzgando. Con más o menos cantidad. Los caminos diferentes a veces tomados por voluntades propias o ajenas no son injustos. Son distintos. Basta encender la tv para ver como juzgan y sentencian un baile (¿?). El noticiero denuncia la corrupción de quienes deben defendernos de los abusos, y a su vez, juzgando. Las charlas entre amigos que juzgan lo bueno o lo malo de otras relaciones. Si tal o cuál es mejor para aquél o para el otro. Se juzga si esa música está buena, si esa película interesa, si esa chica es linda, si ese tipo tiene arrastre, si ese auto tiene elementos de seguridad correctos o si tiene buenos detalles. Se juzga si una cena estuvo bien o si se sirvió mal. Juzgamos a nuestros padres, nos juzgan nuestros hijos, nuestros pares, nuestros amigos, nuestra idiosincrasia, nuestros médicos, y hasta nuestras mascotas. El chiste juzga. La pena juzga. El miedo juzga el valor del coraje. El cuerpo juzga la piel. La realidad juzga al mundo de sueños. La mente juzga los excesos. El billete juzga las posibilidades. Juzgamos en demasía a todo y a todos. Se va constituyendo una conciencia juzgadora y no de lo justo. Al ver la estatua en tribunales, todavía no la comprendo. La imagen de la justicia representada por una mujer con los ojos vendados y con una balanza en la mano. ¿cómo hacer para juzgar con los ojos cerrados?. Si las personas se equivocan y piden disculpas, ¿Por qué no lo hacen los jueces?. ¿Porqué no lo hacemos nosotros?. El juicio es el raciocinio derivado de la experiencia y la formación. También juzga hasta al que no emite juicios. El silencio sentencia más que juzga. A pesar de que sabemos que sólo tenemos que juzgarnos nosotros mismos. Opinarem non debatem. La opinión no se debate. Porque ése es el principio del cuento de la vida.
Termino esto y deseo no ser juzgado.
Sé que no va a suceder.

martes, 9 de noviembre de 2010

Daniela

Daniela soñaba con su falta. Al llegar a los escaparates de una juguetería, mientras su cuerpito se estremecía entre los colores y las luces, todo quería y nada necesitaba. Aquellos juguetes brillaban para ser tocados por algún niño. Demandaban ser cuidados. Su padre viajaba mucho. No estaba. Ausente con culpa le daba todos los caprichos. A todo decía que sí. El día previo a su cumpleaños de cinco entraron a la juguetería. El padre le dijo que no escatimara en gastos que eligiera lo que quisiera entre miles de juguetes. Luego de pasear por los pasillos con él y su guardaespaldas decidió que llevar.
--Ella –dijo Daniela.
---La muñeca que está con vestidito rosa y coronita lila--- dijo el padre.
---No... esa muñeca no…Ella--- respondió Daniela señalando a la vendedora.
El padre sonrió nerviosamente.
---Ella trabaja acá. No está en venta.--- dijo timidamente.
---No quiero otra cosa… la quiero a ella.--- aseveró mirando el suelo.
El padre se acercó a la vendedora. Le animó a entender su situación. Entonces le propuso un trabajo de juguete para su niña. La vendedora sonrió. El padre le ofreció el triple de su sueldo. Sorprendida la vendedora no supo cómo responder y volvió a sonreir. Pensó. Se agachó ante Daniela y le dijo.
---No se pueden comprar las amigas. Con gusto iré a jugar con vos cuando arreglemos.--
Daniela le miró a los ojos. La niña volvió a ser niña. Le acarició la cara a la vendedora y susurrándole al oído le dijo.
--- Mañana a las 5 te espero en mi cumple. Van a preparar una torta con chocolate y dulce de frambuesas y después te quedás a vivir conmigo---

domingo, 7 de noviembre de 2010

prenda

--Piedra...papel o tijera.--

--Piedra...--

--mmmmm tijera...perdí...--

--Bueno...la prenda es...que me des tu cuerpo para reprobar anatomía por siempre.--

--Jajajajaja...bueno. Vamos por la revancha.--

--Piedra, papel o tijera...--

--Papel.--

-- Uhhh piedra.-- Esta vez perdí yo...

--Bueno... ganar y perder en este caso se confunden, ¿no?.--

--Es verdad, se gana perdiendo.--

--Y.... ¿qué elegís de prenda?.--

--mmmm ...Quisiera tus deseos....para querer que me quieras por siempre.---

jueves, 4 de noviembre de 2010

Lucía

Una artista de la cuerda floja. Subía a la altura de los andes sin redes ni miedos. El sitio exacto de la adrenalina. El trapecio era su hamaca de plaza. Larga cabellera negra que azabachaba los focos seguidores. Erizaba espectadores. Les trenzaba los nervios. Abría los ojos y detenía sus respiraciones. Enérgica y determinada sorprendía a todos con acrobacias de mariposa. Era distinta. Tenía colores. Su vida había sido el circo desde siempre. Desde toda su extensa vida. Lucía era trapecista. Tenía 10 hermosos abriles que eran eternos sueños soñados. Su madre peruana leía la bola de cristal en un espectáculo lleno de mística y fantasías. Muchos le creían en Kiev. Eran tiempos de agonía de fe. La post guerra se medía en hambruna y desempleo. El pan diario en rebanadas semanales dolía en el estómago y en las miradas. El circo rodaba el escenario a otros sitios menos desvastados. Caravana de gitanos en caminos desoladores. Lucía era primavera de Sevilla. Su mirada eran Soles del alto Perú. Su fluir, todos los arroyitos de los mares bálticos y de la luna. Nada temían sus manos. Nadie le doblegaba. Quien se atrevería.
Una madrugada abrió las puertas de las jaulas del circo y escaparon todos los animales en Marruecos. El alboroto despertó a la ciudad mora. Le acompañó la luna de sus ancestros en tamaña empresa.
Al detenerla el oficial le exigió explicación con una taza de chocolate caliente y en silencio esperó la respuesta.
Ella le miró con sus soles incas.
--Soy acróbata, no cómplice.-- le dijo.
Algunos fugados lograron escaparse. Triunfó el instinto.
Otros volvieron a sus jaulas porque eran sus hogares. Triunfó la doma.
Lucía lloró sus regresos.
A partir de aquél día no dejan de temblarle las manitos.
El imperio del sol abandonó sus ojos en la realidad.
Mientras todos duermen ella solloza.
--Despierten…despierten… y háganlo rápido.--

lunes, 1 de noviembre de 2010

Roma

Junté fuerzas y partí
por un camino que jamás
me llevaría a Roma.
Me quedó
alguna sombra
boyando por ahí
y otra por allí.
Me quedó
tu mirada de silencio
al hablarme callando.
Entonces mi prepotencia
hincó la muerte en otros sitios.
Hoy no estoy necesaria-mente vivo sólo por respirar.
Aunque a veces sólo eso me acompaña.