jueves, 4 de junio de 2009

El vuelo del ángel

"Sólo la fantasía permanece joven; lo que no ha ocurrido jamás, nunca envejece."
Friederich Von Schiller.
El sol le daba las mañanas. Le lavaba la cara. Entre auto y auto conectaba con las personas. Charlas cortas. Simples. En las rutas viajaban quienes querían llegar, aunque eso significara cegarse al destino. Las telarañas de los turnos de la noche le instalaban medias lunas calentitas al llegar el alba. Su oficio era básico. Tenía tiempo. Entonces lo tenía todo. Los desvelos se le daban en lagañas y sueños. Aquella vertiente de salivas y sudor tajeaba el desierto. Era flor allí. Ella consumía necesidades entre los cactus. Se había transformado en el objeto de deseo de camioneros y viajantes. La adulaban como a una joya preciosa. Millones de bocas besaban sus contornos y ninguna su centro. Gabriel viajaba. Viajaba desde siempre. Había probado la mística del jadeo y la penumbra de los desvelos. Al pasar por el lugar quedó encandilado. Se le evaporaban las sombras de amores plásticos con forma de credenciales y el semblante cansino del viajante que no cesaba. Tenía la certeza de que todo cambiaría. Al menos sus dudas se abrían en preguntas. Caminó hacia ella mientras la noche se refugiaba de la helada.
---La lindura se conserva en el frío—arriesgó.
---Sólo cuando la luna no candela. A ver Romeo, ¿qué tienes para darme?--- respondió la flor retorciendo los dedos.
---Algo que no se paga con dinero y se busca en valor.--- sonrió el viajante.
---¿ Me propones casamiento acaso?. No creas que no sueño con eso…---dijo la dama.
--- Un anillo de estrellas le sentaría bien a tu mano.--- cerró la charla tomándola de la cintura.
La cascada del deseo selló el encuentro. Ella buscaba quien la hiciera viajar. El con quien emprender el viaje. Las nubes sonrojaron del sudor que empañaba los vidrios. Las luces de la ruta les daba en las caras entrecortando gestos. Toda la vida buscaron lo que allí se encontraba. El agradeció su arte. Ella su entendimiento. El alba les sorprendía en el milésimo beso y fueron amor en un mundo de instinto soñado.
Al despertar , Gabriel se fue a duchar para ir al trabajo como todas las mañanas y sonrió no haber soñado con balances y conciliaciones bancarias. En los vuelos de la fantasía las escalas tienen forma de realidad.
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8 comentarios:

  1. wow...
    me haz hecho imaginarlo!!!
    hay sueños que se terminan al despertar, otros que te hacen viajar acompañado y algunos son tan a tu medida que desearías que se hagan realidad...

    lindo!!!

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  2. y tal vez Gabriel entre en otro sueño feliz, y se tome un tren...tal vez...sólo tal vez.


    Besos!

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  3. qué lindo sería al acostarse poder planificar los sueños que vamos a tener durante la noche... a mí siempre me pasa que sueño con deliciosos majares, pero nunca llega nada a mi boca. es como que cada vez que por fin voy a morder algo delicioso, me despierto. qué cólera!

    besos besos

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  4. Precioso, de lo mejor que he leído tuyo.
    Un beso desde Sweet&Sour,

    *Lisa*

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  5. Lástima que la realidad siempre llegué imponiendose a esa otra realidad sensual, mágica...sigamos soñando amigo ..precioso relato.

    Besos, sereno.

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  6. Húmedo, con los pies descalzos se dirigió hasta su habitación, al acercarse a la cómoda noto un pequeño pinchazo en la planta del pie. Lo levanto y en el suelo vio una alianza de estrellas, olvidada por aquella maravillosa fantasía.

    Precioso

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  7. ¡Reivindico la realidad de los sueños!

    Tú, mientras, sigue escribiendo, por favor...

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  8. La verdad, qué cadencia de frases, cada una es un universo en sí misma, una poesía, un destello de belleza aprehendido... Qué sana envidia!! Saludos de nuevo.

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