viernes, 5 de febrero de 2010

La puerta de la tristeza.

Llegaba al oráculo con una tímida sonrisa. Con el rostro pálido de una longeva y el cuerpo marcado de soledades. Sólo tenía una pregunta para hacer. Eso estaba predestinado. Las escaleras en espiral habían sido tediosas y agotadoras. Estaba ansiosa y sudaba . Tenía que saberlo. Poco había sentido después de aquél amor. Había esperado mucho tiempo. Quieta. Activamente herida. Las sirenas le habían guiado hasta aquella cueva en donde todo comenzó. Al llegar frente a la voz de la conciencia, se refugió en el recinto de los espejos. Casi ni se reflejaba. Estaba ida. No se recordaba cómo era. Lo que la había formado no tenía valor. Todo estaba en duda. Nadaba en ese mar. Solo atinó a rescatarse aunque no lo lograría despertando. Las gárgolas reían en vez de intimidar. Sólo ese lugar era brillante.
El camino era una colmena de sombras. Un laberinto sin soles. Estaba frente a sí misma.
El oráculo le habló.
--Dime la pregunta que tienes—
--¿ Qué voy a hacer para volver a sentir?—le dijo.
Entonces, entre sollozos el oráculo calló. Su silencio continuó hasta despertarla llorando.
Dicen que él nunca había llorado tanto por una pregunta.
(Me lo contó una mamá después de haber perdido a su bebé. Me pidió que escribiera su sueño cuando tomaba tranquilizantes para elefantes. Que a pesar de todo, recordarlo le dignificaba la vida.)

12 comentarios:

  1. Al principio me dejé llevar por los rasgos borgeanos del escrito, el tiempo, los espejos, lo ciclico, la busqueda de la identidad.
    Luego, que decir; quedé helada con el final.

    Un beso grande.;-)

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  2. La vida es bella, y a veces, qué dura! Un besoooo!

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  3. ¡¡Buffffffff!! Fabio, tremendo sueño,desgarrador, y al mismo tiempo un magnífico relato de la mano de un magnífico escritor,tú.

    Un fuerte abrazo.

    Enrique.

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  4. Excelente manera de narrar el sueño. Esto de "activamente herida" es genial, más, después de haber leído el motivo que inspiró a este texto. Mis felicitaciones, me gustó muchísimo.

    Abrazo
    Jeve.

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  5. Creo que tampoco me habría visto reflejada en esos espejos pero sin duda me vi en tu cuento.

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  6. te leo, y duele un poco,

    Saludos Sereno, me ha alegrado verte.

    Un beso.

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  7. navegué buscando y te encontré.
    el duro final de tus palabras me ha hecho quedarme. es duro sí, pero no elijo escapar.

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  8. He tragado saliva al final de tu texto... a mí también me gustaría dejarme guiar por sirenas.
    Se vuelve a sentir viviendo, pero no sé si esto es respuesta a nada, a algo, o simplemente, reflexión.
    Un beso grande.
    LADY JONES

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  9. mis abrazos para esa mamá, que sigue viviendo.
    mis abrazos para vos, por haber escrito bellamente su sueño.


    besos*

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  10. Una va deslizándose por tu relato de una manera sosegada en busca de ese otro yo que no se sabe dónde anda perdido .... para tropezarse con un final cargado de dolor inmenso.

    Saludos. Aún me dura la congoja.

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