miércoles, 12 de octubre de 2011

noticias

Madres que prostituyen a sus hijas, aumento de tarifas, focos de conflictos armados, del transito, de la ciudad, del país, del vecino asesino, de los enquistes del poder cada vez más enquistados, de la suciedad, de la miseria de quien tiene y no reparte, de los logros deportivos, del juego del jugar, de las crisis que nos afectan pero que son de otros, de la salud insalubre, de los dioses paganos y adorados totems que aseguran vida eterna, de las calles rotas, de la insanidad institucional sin mirarse al espejo, de la moda trivial, de las predicciones, de los pronósticos, de las guerras, del desamor, de los obituarios. La noticia trabaja más desde el morbo que de la conciencia. Porque si creemos que eso es la forma en que nos informamos, entonces estamos verdaderamente errados. Sin rumbo o más precisamente en el rumbo de no pensar. Tan mal hace que la religión diaria de informarse sea a su vez una droga de la cual no se zafa y trabaja desde limar constante a transformar el humor, el amor, la conexión con nosotros y con los otros.
Algo que resalto de las publicaciones en el interior del país son los logros. Eso es algo mínimo, hasta puede resultar cursi, pero emociona. La gente publica los éxitos cercanos y los hace públicos, informando forma, cumpleaños, agradecimientos, felicitaciones por recibirse, por cumplir quince. Esa cuestión me ha generado un panorama diferente. Si se forma con la información, como pretender dar un discurso desde la formación de que todo lo que se ve, se escucha o se siente es para aturdir y confundir. No digo que esté mal que las noticias cuestionen al poder, de hecho esa es su función esencial. Sólo planteo que entre tanta vorágine y ensalada de discursos, el camino a lo verdadero dista de esa realidad presentada como verdad. Bastaría recuperar un poco de sentido común, el menos común de los sentidos por su desuso, y encontrar la veta de lo que llena. Que el niño se ría y gozar con ello, de gozar sentir como se ríe. De amar como si fuera a terminarse el mundo mañana. De provocar el encuentro. De oler una flor y transportarse. De ver amaneceres y lunas llenitas. De mojarse con la lluvia de verano. De jugar a vivir. De disociarse del enrosque de situaciones que no suman. Bastaría con ponerse a buscar quien multiplique. La consigna podría ser secar algunas penitas al sol, junto a las demás informaciones distorsivas y extorsivas de un hoy que mañana ya no será ni parecido a lo que se profetiza y sin saberlo se filtra en todos nuestros poros haciéndonos cada día más vulnerables.

Definitivamente “El diario no habla de tí ni de mì.”
Y somos nosotros los que hacemos la diferencia.

2 comentarios:

  1. Sé que no está bien lo que hago cada vez con más frecuencia, que es eliminar de mi vida esas noticias que tan bien describes y que por su concepción no me pertenecen, pero no puedo evitarlo. En lugar de (des)informarme, escribo.

    En cambio, estoy felicísima de haber tenido noticias tuyas! Este tipo de noticias sí que me gustan!!!

    Besos y hasta muy pronto!

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  2. espere, espere! se me escapó alguna noticia suya que el diario no haya dicho y que fuera una gran noticia?
    mercedes me ha dejado intrigada!
    abrazo

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