jueves, 5 de marzo de 2009

Encuentros II

Un llamado inesperado. Se vive un tanto asustado. Entonces a las 6 de la mañana cuando sonó el ring como si fuera una alarma de bomberos salté como resorte. La sorpresa tiene todos los bemoles juntos. No sabía ni mi teléfono. Hacía meses que no estaba estando siempre. No sabía de su vida. Siempre están las polaroids de aventuras y desventuras vividas, siempre acompañan. Toda la energía del cosmos en un saludito. ¿Hola, sos vos quién creo que sos? Y así instalaste una sonrisa que me durará toda una eternidad. Entonces ponerse al día entre risas nerviosas y lágrimas. Hacía tiempo que no escuchaba tu semblante. Tu inteligente charla. Tus formas de hablar que me remonta a los días en que te fuiste. Otro país, otra cultura, otras formas de ver el mundo. Es increíble montarse en el túnel del tiempo escuchando palabras fuera de moda. Boite, de queruza, de diez, brega, ragú, stone. Algunas perduran; copado, reeeeeeeecheto, alucinante, grasa, y tantas otras que se me escapan por la emoción. Veinte minutos cambian un día, una semana, meses de sensaciones. Lo sé, pero lo oportuno aparece en el momento más inexacto. Entonces lo vuelve desafío. Celebro haberte conocido. Celebro haber estado receptivo. Haber aprendido a superar las barreras. Celebro que hayas tenido el coraje de vivir la vida detrás de un gran amor. Sos un verdadero capitán de tormentas. Haber demostrado que quién quiere puede. Haber escuchado juntos el compás de los días. Haber sido adolescentes. Haber estado siempre pero siempre. Amigo, con mayúsculas, gracias verdaderas. Por saberme, por lo que generaste, por lo que diste y dás. El sentir está intacto.¿Qué más se puede pedir después de tanta mochila cotidiana?. Comprendo que se puede volar con tan sólo conectar los cablecitos del alma. Nada mejor para seguir soñando.

3 comentarios:

  1. Qué boniitoo!!!
    Es cierto que una llamada puede cambiarlo todo, te puede recordar el dulce sabor del helado de chocolate que degustabas la última vez que hablaste con esa persona...
    Un beso y un abrazo,
    *Lisa*

    ResponderBorrar
  2. Y sí, digo lo que pensaba...Encuentros momentáneos,que nos sacuden, que hacen que en minutos, nada más, replanteemos una vida entera,o, al menos, una parte de ella.Pero el encuentro pasa, se aleja, se desarma en hojas que lleva el viento.El teléfono deja de sonar.Y nosotros seguimos, estoy estando (mi maestro Saer!), y lo cotidiano vuelve, se reinstala...y podemos vivir soñando? Podemos vivir soñados?La saudade no mata, ayuda a vivir (maestro Jorge Amado)...será verdad? Podemos ser sólo el sueño de alguien?(maestro Auster)O necesitamos estar estando?
    No espero respuestas,son sólo reflexiones, preguntas retóricas.
    Mirá lo que me produjo el encuentro con tus palabras!Casi me ocupo todo el espacio de tus secretos!

    Un gran beso!

    ResponderBorrar
  3. Lisa; así es. somos recuerdos. estando volveremos a recordar estos grandes pequeños encuentros.

    Rayu; y claro que sí a todo. no necesitamos tener respuestas, tal vez mejorar las preguntas. Ojala que puedas estar en mi espacio siempre.
    ¿cómo crecería si no estuvieras?

    gracias por ésta conexión.

    ResponderBorrar

cuentame tus luces